Aprovechando un tema que actualmente esta muy candente y siempre desde el desconocimiento absoluto de cualquier otro aspecto que no sea exclusivamente la experiencia cliente en general y mi experiencia como cliente en particular, voy a hablar sobre Taxi / Cabify.
Soy usuaria ocasional de ambos servicios. Suelo usarlos aproximadamente 1 o 2 veces al mes y principalmente para ir a reuniones al centro de Madrid.
Los uso de manera indistinta en función de si me encuentro a pie de calle por zona habitual de taxis o si estoy en la oficina organizando con más tiempo una reunión.
Voy a explicar mis dos últimas experiencias. Creo que son bastante significativas en cuanto a lo que me suelo encontrar y después daré mi opinión.
Mi último viaje en Taxi
La última vez que utilice un taxi iba con mi jefe y un compañero a una reunión importante con un cliente.
Paramos el taxi en la calle. Mi jefe y yo nos sentamos detrás y mi compañero se sentó delante. Después de saludar dijimos la dirección de destino.
Recuerdo que el taxi estaba limpio, algo viejo, usado y que el taxista, un hombre de unos 55 años, iba vestido con una camisa de manga corta.
Cuando iniciamos la marcha, mi jefe comenzó a hablar sobre el planteamiento que íbamos a defender en la reunión. Mi compañero, con la cabeza medio volteada intentaba escuchar.
Sin embargo, el taxista le hablaba, le contaba sobre el tráfico y sobre una noticia de la radio. Mi compañero, supongo que para no ser maleducado, contestaba al taxista.
Mientras tanto, mi jefe levantaba cada vez más la voz para ver si conseguía que se le escuchara.
Se creó una situación un poco tensa hasta que finalmente, mi jefe llamó a mi compañero por su nombre y le dijo, "por favor, presta atención. Esto es importante".
Cuando llegamos al destino pagamos con tarjeta de crédito y pedimos factura para después justificar el gasto ante la empresa.
Mi último viaje en Cabify
La última vez que utilice un cabify iba con una compañera a una reunión de trabajo.
La secretaria de la empresa reservó el cabify a una hora e indicó la dirección de destino. Me llegó un sms al móvil indicándome matricula y nombre del conductor.
El coche nos recogió en la puerta de la oficina y las dos nos sentamos detrás.
El coche estaba limpio y nuevo. El conductor vestía un traje oscuro con camisa blanca.
El conductor nos saludó, nos preguntó si estábamos a gusto o queríamos modificar el volumen de la radio o la intensidad del aire acondicionado. Además, nos recordó que teníamos agua disponible.
En ningún momento hubo que decir la dirección de destino. Simplemente comentamos algo sobre el camino por el que queríamos ir e iniciamos la marcha.
Durante el viaje nosotras fuimos hablando sobre los temas a tratar en la reunión y cuando llegamos dimos las gracias, nos despedimos y el coche se fue.
No pagamos nada en el momento. Todo se cargó directamente a la cuenta de la empresa.
Experiencia cliente
He contado estas dos experiencias por ser bastante representativas.
Cumpliendo ambos con la necesidad principal de traslado y sin tener en cuenta el precio, cualquiera puede comprobar fácilmente como Cabify está orientado 100% a satisfacer al cliente en muchos aspectos. Sin embargo el Taxi tradicional, en general, sigue viendo al cliente como un usuario que quiere trasladarse, sin más.
Creo que el sector del Taxi ha tenido mucho tiempo para actualizarse, sin embargo, como nos pasa a casi todos, no lo harán hasta que la competencia apriete de verdad.
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Muy buena entrada, interante. Y creo que refleja muy bien la situación más normal o típica que puedes encontrarte al usar estos servicios.